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Técnicas de management: El cazador-recolector

Comenzamos una serie de artículos jocoso-satíricos sobre técnicas de la gestión de empresas aplicadas en el departamento de Informática.

por jomaweb, 7 septiembre 05

Sabido es que las sociedades humanas presentan diferentes formas de adaptación a su entorno, y que de esas formas de adaptación surgen las diferentes estructuras sociales (lo material determina lo ideológico, como defienden los materialistas dialécticos).

Pues bien, gran parte de las técnicas de management tan en boga en la actualidad surgen de aquellos momentos emergentes en los que una nueva cultura es cincelada a golpes de flecha y de azadón. El departamento de informática de una empresa no va a ser menos en esto, y también es susceptible de ser mejorado a golpes de flecha y azadón, y créanme si les digo que en muchas ocasiones me imagino a mí mismo con carcaj en ristre haciendo “downsifting”, pero los tiempos cambian, y ahora es mejor aplicar una técnica moderna, limpia y aséptica. Corrección política que llaman.

La más antigua de todas las que conozco es la técnica conocida como “el Cazador-Recolector TM”. Fijémonos por ejemplo en las sociedades de cazadores-recolectores como los Esquimales, los Pigmeos o los Bosquimanos !Kung del Kalahari. Fuente inagotable de técnicas de gestión empresarial. Hay ciertos rasgos comunes entre ellos, como la inexistencia de gran número de nombres. Parece ser que la diversidad en los nombres es propia de las sociedades agricultoras e industriales.
La mayoría de los esquimales, por poner un caso, se llaman Nanuk. Esto no presenta ningún tipo de problema porque es evidente que la densidad poblacional de los esquimales (al menos hasta la llegada de la globalización a aquellas inhóspitas tierras) era la que era. Y para dos que había en un Igloo con un par de nombres bastaba. La originalidad y belleza de la Cultura Esquimal se puede comprobar en el hecho de que a pesar de ello, los nombres que se originaron no fueron “oye tú” y “pues anda que tú”.

Otra característica distintiva de los pueblos cazadores-recolectores es que lo que se recolecta o se caza se reparte entre todo el grupo y no se considera signo de estatus el haber cazado o recolectado más que nadie. Significativo es el caso de la historia contada un antropólogo en su libro sobre los pigmeos. Recuerdo vivamente esta historia. Fueron todos a cazar, incluido el antropólogo. Y lograron cazar un gran buey salvaje. Mientras iban de camino a la aldea con la pieza cobrada, iban despreciando al cazador y el resultado de la jornada:

era un buey viejo, seguro que su carne está dura

con esta pieza no tendremos para alimentar a todos

El antropólogo, perplejo con lo que oía, pues la pieza bien podía significar el alimento de toda una semana, preguntó a uno de ellos porqué despreciaban ese ejemplar y más concretamente al cazador cuya intervención permitió cobrarlo. Su contestación fue: “si alabamos al hombre por cazar, crecerá su orgullo, pues los hombres son orgullosos por naturaleza, y pensará que es mejor que los demás, creando conflicto y peleas entre nosotros. El orgullo lleva a la envidia, la envidia lleva al odio, y el odio lleva al crimen. Nadie es mejor que nadie, todos somos iguales. Así que hay que despreciarle para que su orgullo no crezca.

Pues en el caso del Management aplicado al departamento informático pasa exactamente lo mismo. Un par de ejemplos:

Recientemente entró un nuevo empleado a la empresa. El director recorre los departamentos y va presentando a los que allí trabajan uno a uno indicando su nombre y el cargo que ocupa. Cuando llega al departamento informático afirma: “y este es el departamento informático, si hay problemas es culpa de ellos y si no los hay es por un milagro

Los informáticos, como los cazadores-recolectores, somos orgullosos por naturaleza y no conviene que nos vanagloriemos de nuestro trabajo. Así que hay que despreciarnos. Sino fuese así nuestro orgullo alcanzaría cotas estratosféricas, afectando gravemente a la calidad del software producido.

De ese modo cuando presentas un programa que va a las mil maravillas, rápido, estable, seguro, que cumple los estándares, satisface al usuario, y cubre una necesidad, el director dice: “eso no es ni por asomo lo que yo quería

No conviene que ninguno pensemos que somos mejores que nadie. Que eso es fuente de conflicto.

Otro nuevo empleado entra, esta vez hace de cicerone el responsable de su departamento. Misma situación, planta a planta, nombre y cargo, llega al departamento informático, el cicerone se queda como congelado, parece que le ha dado un aire, todos estamos expectantes a ver qué dice. Musita unas palabras incomprensibles, sólo audibles para sí mismo y dice:

-”estooo, errrr, y aquí el “apoyo” informático”.

Se da media vuelta y se va con el nuevo empleado dejándonos a todos con un palmo de narices.

Efectivamente, como los pueblos cazadores-recolectores, no tenemos nombres. Todos nos llamamos igual. “apoyo” de nombre, e “informático” de apellido. ¿Para qué queremos distinguirnos como individuos llamándonos Joshua o Jennifer?. No. Con un nombre basta. No vayamos a creer que por tener nombres individuales somos mejores que el resto.

Y esto por lo que respecta a la técnica del cazador-recolector. En próximos artículos seguiremos comentando diferentes técnicas de Management aplicadas al departamento de nuestros desvelos. Sigan conectados.

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