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Técnicas de Management: El Jardinero Fiel

Jomaweb sigue con esta (espero que interesante) serie sobre las diferentes técnicas de management de las cuales le ha tocado ser partícipe a lo largo de su vida profesional.

por jomaweb, 17 mayo 06

Se da el caso de que al responder a una oferta de empleo no te piden un “Currículum Vitae” sino un resumen de “Vida Profesional”.
Y eso es por su manifiesta inutilidad a la hora de efectuar una entrevista como Dios manda, que ya sabemos que el psicólogo más incompetente siempre es destinado al departamento de selección, y algo de esto sé pues comencé mi vida laboral en una consultora. Tanto es así que prefieren leerse un tomo de historias de Vidas totalmente inventadas (¿alguien dice la verdad en su currículum?).

Pues bien, la técnica que hoy nos ocupa trata precisamente de eso. La aplicación de técnicas para la mejora de los esquemas de pensamiento desde el mismo momento de la entrevista de selección.
Es una técnica poco usada por su gran coste. Evidentemente sólo uno de los candidatos de los muchos que llegan a la fase de entrevista llegará realmente a probar las mieles del contrato basura que le ofrecen, de tal modo que el acondicionar las mentes de todos los que llegan a la entrevista sólo se entiende como un acto totalmente altruista por parte de espíritus puros que solo buscan la mejora constante de la sociedad.

En estas entrevistas se trata de introducir la semilla de la perplejidad en el candidato, de modo que, pasado un tiempo prudencial, ella misma madura y germina dando lugar a un frondoso árbol que nos dará sombra el resto de nuestra vida.
No es pequeña tarea esta. Y poco agradecida. Como la parábola bíblica del grano de mostaza, algunas semillas caen en terreno baldío y no germinan nunca, de lo cual se deduce que la disposición individual a ser “fecundado” juega un importante papel. (y no piensen ustedes mal).

Os relato una de estas actuaciones a la que yo mismo asistí (en calidad de entrevistado), y que afortunadamente tuvo sus frutos. La semilla de la perplejidad anidó en mí y hoy es un frondoso árbol. No he dejado de tener sombra desde entonces.

Omito la empresa, pero baste decir que era la más importante del sector que mejor colabora con la sociedad aportando material para el desempeño correcto de la técnica “ritos anuales”.

Muy resumidamente y concretando mucho, esta fué la conversación. Lo reduzco al momento cumbre de la “siembra”:

-¿qué piensas del mundo?

Obsérvese que esta es la madre de todas las preguntas. Busca producir un estado de introspección en el sujeto ante la magnitud de la misma. En su aparente sencillez, es todo un compendio de lo que tiene que ser la pregunta preparatoria para soltar, en el hueco creado tras la verborrea que la sigue, la semilla de la perplejidad.

Respuesta del terreno baldío: “No lo conozco todo entero”. Mal.

Respuesta de alguien dispuesto a recibir la iluminación (y por supuesto la que yo dí):

-Bueno, el mundo siempre está en crisis, pero si leemos a Platón, ya los griegos se quejaban de lo mismo que nos quejamos nosotros: desprecio a la vida, violencia, caos, sinsentido. Aunque creo que de las situaciones de caos es de donde surgen los auténticos cambios capaces de transformar una sociedad hacia algo mejor.

-ummmhh (asentimiento y gestos de aprobación; el hueco está abierto)... ¿tienes novia?

En este momento se produce un violento cambio de ámbito. El mundo y sus demonios. De lo más elevado y general (el mundo, el espíritu, el universo todo) pasamos a lo más bajo y particular. Este súbito cambio de foco produce mareo y desorientación en la maceta en que me estaba convirtiendo en ese momento. Caos mental, desorientación, bajada de defensas, momento esperado por “el jardinero”.

-estooo, ahora mismo, no.

-¿qué pasa, que no te gustan las mujeres?

Este momento es crítico. Aquí se determina si realmente somos merecedores de que la semilla de la iluminación sea sembrada en nuestra tierna mente.

-estoo. Si, claro que me gustan, pero es que ahora me has pillado ahí. Un poco a traspiés. De momento me voy a centrar en mi carrera profesional y luego ya veremos.

-Ah, entonces eres como las mariposas, que les gusta ir de flor en flor pero sin quedarse en ninguna. ¿no?

En otras palabras, Tú eliges: Homosexual o promiscuo. Ya está la semilla plantada.

Desde entonces la semilla de la perplejidad ha crecido y es un arbol frondoso. El problema es que una vez logrado esto, mandas directamente a la mierda a todos los incompetentes que intentan hacerte una entrevista que en ningún caso llega a la suela de los zapatos a esta auténtica perla de sabiduría organizacional.

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