El programador superhéroe
En informática la diferencia de productividad entre unas persona y otras es muy acentuada. ¿Qué aspectos distinguen a un programador de capacidad superior?
por Sergio Montoro Ten, 8 junio 05
Si hay una profesión donde la diferencia de productividad entre unas personas y otras sea acentuada, esa es la programación. El gerente experto sabe, por experiencia, que un buen programador es 10 veces más productivo que un programador medio y que, además, produce elegantemente esta cantidad extra de código con menos bugs, mayor eficiencia computacional y mejor mantenibilidad.
El programador superhéroe tiene una visión holística del proyecto, que abarca desde los detalles más pequeños de la implementación hasta la arquitectura de alto nivel y la misión última del programa. Lo mismo sabe qué versión exacta del tal service pack está instalada en el servidor de desarrollo que puede explicar cual es la estrategia de CRM que persigue el cliente con la aplicación que se está desarrollando.
El programador superhéroe es un gurú. Conoce al menos media docena de lenguajes en profundidad. Lo mismo programa C o JavaScript que se instala un Linux o pinta unos atractivos botones 3D en PhotoShop.
El programador superhéroe es perfeccionista. Su código aparece impecablemente identado y comentado. No falta ni una línea control de errores ni hay ningún subproceso supérfluo.
El programador superhéroe tiene la habilidad de concentrar sus esfuerzos en tareas productivas y eludir aquellas que se le encomiendan exclusivamente con fines políticos. Es un trabajador abnegado y, al mismo tiempo, un profesional del giro de cintura, experto en esquivar los cabildeos por el poder en la gerencia. Es consciente de que los recursos en un proyecto tienden a evaporarse poco a poco: este servidor se lo llevan, aquel programador dimite, el plazo se reduce 1 semana debido a una de marketing de la competencia, etc. Para evitar esta pérdida lenta pero fatal de recursos, el superhéroe busca un padrino en las altas esferas que defienda policialmente los compromisos adquiridos.
El programador superhéroe no frustra al cliente diciéndole que todo es imposible o muy difícil. Le da a entender que en informática se puede hacer de todo, pero, eso si, se cubre las espaldas meticulosamente frente los problemas derivados de planificar proyectos con misiones al estilo 12 del Patíbulo.
El programador superhéroe sabe que no es lo mismo tener razón que ser capaz de demostrarlo ante quien no quiere creer. Es consciente de que los argumentos técnicos no sirven con jefes que no son informáticos. Por ello, no discute, sino que recoge pruebas tangibles sobre los hechos y los presenta a pequeños sorbos en las reuniones con evidencias que demuestran que tiene razón.
El programador superhéroe aprende de compartir sus conocimientos. Es el referente de sus compañeros. Todo el mundo va a preguntarle y él, secretamente, lo fomenta porque es así como adquiere su legendaria sabiduría: escuchando ayudando a los demás.
8 junio 2005, 18:30
Desde que la programación ha dejado de ser una vocación, creo que el número de super programadores es cada vez más reducido.