Otro capítulo más de las entradas satíricas de jomaweb acerca de la programación y el mundo de la empresa.

por jomaweb, 28 diciembre 05

De entre todas las técnicas existentes para mejorar la comunicación y la eficacia en el terreno organizativo, está claro que la creación de una identidad corporativa y una fuerte cultura organizacional son, con diferencia, las mejores y más eficientes.

Sin embargo, en este país nuestro tan dado a la improvisación y la creatividad empresarial “Ad Hoc” (los extranjeros lo llaman chapuza pero luego se beben nuestra sangría, mucha envidia es lo que hay), tenemos una serie de técnicas propias.
Además, en el caso que trato hoy, dicha técnica se ejecuta de modo no-dirigido, es decir, surge espontáneamente entre los diferentes departamentos sin necesidad de una acción proactiva de arriba abajo como suele ocurrir en el resto de técnicas.

Sí señor. No todo va a ser importar técnicas foráneas como el Zen o el Cazador-Recolector. También nosotros sabemos originar importantes técnicas de gestión. En este caso, de la comunicación horizontal entre departamentos.

En estos momentos (literalmente), tengo a escasos pasos de mí, a dos directivas, responsables de departamento cada una de ellas, efectuando un ritual que no por repetido deja de sorprenderme.

Se encuentran rodeadas de bolsas de plástico con extraños logotipos y van extrayendo de cada una de las bolsas una serie de elementos constituidos de diversos tejidos.

Los desdoblan cuidadosamente, los extienden la una ante la otra y regurgitan una serie de números incomprensibles. Tras lo cual efectúan una serie de comentarios valorativos acerca de diferentes aspectos de el objeto en cuestión. Me ha costado un rato darme cuenta de qué demonios se trataba.
Pues no es más que han ido a las rebajas ayer y se traen lo que han comprado para enseñárselo la una a la otra y comparar precios.
No me cabe duda que se trata de un elemento comunicador de primer orden.

Nunca despreciéis el valor de las rebajas como elemento cohesionador de la cultura empresarial. A falta de otra cultura, claro.